Pepito escribe canciones, Pepito escribe canciones con letras absurdas. Y lo que es peor, Pepito canta sus canciones absurdas con voz desagradable y desentonada. Pepito desafina.
Cuando Pepito era un niño, cantaba canciones infantiles con su voz infantilmente desafinada de niño desagradable. Y solo porque Pepito cantaba (aunque lo hiciera con esa voz infantilmente desagradable de niño desafinado), a algún pariente con muy buenas intenciones pero muy mal oído se le ocurrió decir: “Este será el músico de la familia”. Y desgraciadamente Pepito se lo creyó.
Pepito creció con la extravagante idea de hacerse artista para no tener que encorvar la espina dorsal en algún sembrado, bajo el castigo del astro rey, o pasarse el día vistiendo un overol embarrado de grasa, o con camisa blanca y corbatín de lazo detrás de un mostrador.
Pepito creció y logró ingresar en una escuela de arte donde perdió el tiempo durante varios años ya que estudió mucho pero no aprendió nada. Pepito estudió una cosa y después se dedicó a otra, y en definitiva ahora no hace bien ninguna de las dos.
Pepito, además de escribir canciones extravagantes y cantarlas con su voz extravagante y desafinada de adulto desagradable, se viste con ropas extravagantes, se pone sombreros extravagantes, espejuelos extravagantes, usa peinados extravagantes y hace videoclips extravagantes.
Permítanme presentarle a Pepito Extra Vagante.
Cualquier semejanza con alguien que ustedes conozcan es pura coincidencia.
sábado, 19 de abril de 2008
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