lunes, 9 de septiembre de 2013

Ata una cinta amarilla en tu corazón

La iniciativa de exhibir un lazo de color amarillo en solidaridad con los cuatro antiterroristas cubanos que aún permanecen encerrados en cárceles de Estados Unidos ha prendido en la población cubana como se esperaba. Este sábado, mientras recorría varias calles del municipio Centro Habana, pude observar numerosas ventanas con cintas amarillas atadas en sus rejas, lazos en los pechos de muchos transeúntes y hasta en la antena del algún que otro automóvil.


La iniciativa fue puesta en conocimiento de la población por René González, el único de los Cinco que ya logró regresar a la Patria agradecida después de purgar 13 años tras las rejas y más de un año en libertad supervisada en las entrañas de Miami, tras lo cual también debió renunciar a su ciudadanía estadounidense para que le permitieran volver a Cuba.


Según explicaba René en el espacio informativo Mesa Redonda de la Televisión Cubana, el lazo amarillo es entre los norteamericanos símbolo que representa al amor y también existe una canción, bastante popular hace un par de décadas, titulada Ata una cinta amarilla en el viejo roble,cuyo texto se centra en la historia de un hombre que regresa a su hogar después de tres años en prisión y le pide a su esposa que ate una cinta amarilla al viejo roble, frente a su casa, si aún desea mantener el vínculo amoroso.

Los Cinco Héroes, como los ha bautizado el pueblo, se encontraban en Miami recabando información sobre las conspiraciones de las organizaciones contrarrevolucionarias, que desde esa ciudad planean atentados, sabotajes, infiltraciones, guerra biológica y otras acciones bélicas contra el pueblo de Cuba, además de campañas difamatorias y de desinformación, con el expreso propósito de derrocar al gobierno socialista de la mayor de Las Antillas.

El 12 de septiembre de 2013 esos patriotas cumplen 15 años de injusto encierro y con tal motivo se propuso la idea de que ese día, cada cubano digno llevara un lazo amarillo en su pecho. Pero yo pienso que no hay que esperar a ese día, ni dejar de usarlo después, pues creo que el símbolo debe permanecer hasta el regreso de la persona ausente. Tampoco debe limitarse a Cuba, todo ciudadano, de cualquier latitud, que se sienta comprometido con la justicia puede usar un lazo amarillo y así llevar al pueblo norteamericano un mensaje de amor por la libertad de esos hermanos presos sin haber cometido delito alguno.




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