La iniciativa de exhibir un lazo de color amarillo en solidaridad
con los cuatro antiterroristas cubanos que aún permanecen encerrados en
cárceles de Estados Unidos ha prendido en la población cubana como se esperaba.
Este sábado, mientras recorría varias calles del municipio Centro Habana, pude
observar numerosas ventanas con cintas amarillas atadas en sus rejas, lazos en
los pechos de muchos transeúntes y hasta en la antena del algún que otro
automóvil.
La iniciativa fue puesta en conocimiento de la población por
René González, el único de los Cinco que ya logró regresar a la Patria agradecida después
de purgar 13 años tras las rejas y más de un año en libertad supervisada en las
entrañas de Miami, tras lo cual también debió renunciar a su ciudadanía
estadounidense para que le permitieran volver a Cuba.
Según explicaba René en el espacio informativo Mesa Redonda
de la Televisión Cubana,
el lazo amarillo es entre los norteamericanos símbolo que representa al amor y
también existe una canción, bastante popular hace un par de décadas, titulada Ata una cinta amarilla en el viejo roble,cuyo texto
se centra en la historia de un hombre que regresa a su hogar después de tres
años en prisión y le pide a su esposa que ate una cinta amarilla al viejo
roble, frente a su casa, si aún desea mantener el vínculo amoroso.
Los Cinco Héroes, como los ha bautizado el pueblo, se encontraban
en Miami recabando información sobre las conspiraciones de las organizaciones
contrarrevolucionarias, que desde esa ciudad planean atentados, sabotajes,
infiltraciones, guerra biológica y otras acciones bélicas contra el pueblo de
Cuba, además de campañas difamatorias y de desinformación, con el expreso
propósito de derrocar al gobierno socialista de la mayor de Las Antillas.
El 12 de septiembre de 2013 esos patriotas cumplen 15 años
de injusto encierro y con tal motivo se propuso la idea de que ese día, cada
cubano digno llevara un lazo amarillo en su pecho. Pero yo pienso que no hay
que esperar a ese día, ni dejar de usarlo después, pues creo que el símbolo
debe permanecer hasta el regreso de la persona ausente. Tampoco debe limitarse
a Cuba, todo ciudadano, de cualquier latitud, que se sienta comprometido con la
justicia puede usar un lazo amarillo y así llevar al pueblo norteamericano un
mensaje de amor por la libertad de esos hermanos presos sin haber cometido
delito alguno.
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