viernes, 30 de enero de 2009

Tremendo boniato

Dicen que los hay más grandes, pero a decir verdad este es el de mayor tamaño que yo he visto en los 53 años que llevo pisando esta tierra.
Se trata de un boniato, conocido también como camote, batata o patata dulce.
El de la foto fue cosechado en tierras habaneras y está a la venta en el mercado agropecuario de la calle Virtudes esquina a Amistad en el capitalino municipio de Centro Habana.
Pesa 6 libras y 4 onzas (2,83 kilogramos) y pertenece a la variedad conocida como blanca.
El boniato es la raíz abultada de una hierba vivaz rastrera de la familia de las Convolvuláceas, nativa de la América tropical que se cultiva sobre todo por la gruesa raíz comestible que es una tuberosa oblonga y voluminosa que llega a medir 30 centímetros de largo. Las hojas tiernas son también comestibles crudas en ensaladas o cocidas como verdura.
De la raíz del boniato también se extrae almidón útil como apresto de géneros textiles y aparejo de papeles, para fabricar adhesivos y en productos de lavado de tejidos. Las variedades de color rosa y amarillo son ricas en caroteno, un precursor de la vitamina A.
El boniato es de exquisito sabor dulzón y se puede consumir hervido, frito o en dulces. En Cuba es muy apreciado el boniatillo, un dulce hecho con el boniato reducido a puré y edulcorado que puede servirse en bolas recubiertas de una corteza dura a base de azúcar o blando en un plato. El boniatillo parcialmente diluido se conoce como Manjar Oriental. También se confecciona cortado en dados pequeños y cocinado en almíbar, siendo conocido este dulce como Mala Rabia. Se puede combinar con leche o dulce de coco rayado.
Existen variedades de boniato, no comestibles, que se utilizan como plantas ornamentales.
En el argot popular cubano se le dice “sacar un boniato” al tropezón que se da con la punta del pie contra alguna irregularidad del terreno al caminar distraído.