Un trasnochador espera el ómnibus en una parada solitaria a las tres de la madrugada. De pronto siente que le tocan el hombro, al tiempo que escucha un raro zumbido bzzzzzz…
Se vuelve y ve a otro hombre, que no sabe de dónde salió, parado impasible como a cinco metros de distancia. “No puede haber sido él –se dice– Está muy lejos. Debe ser mi imaginación”.Unos minutos más tarde el noctámbulo vuelve a sentir el roce en su hombro y escucha bzzzzzz… Detrás, el otro tipo permanece impertérrito.Un tiempo después, la misma historia. Decidido, el noctívago lo interpela:
-Oiga ¿Qué le pasa?
-Shhhh, no haga escándalo, que me pueden descubrir. Yo soy marciano. Me envían a La Tierra a realizar un estudio previo para saber si podemos establecer relaciones diplomáticas con los humanos.
Después de una corta conversación el terrícola se convence de que su interlocutor es realmente un extraterrestre y decide llevarlo a su casa. Ya en el hogar, le brinda merienda y lecho para que descanse.
Al siguiente día, durante el desayuno, intercambian animadamente experiencias de sus respectivos planetas. Cuando ya se ha establecido un nivel de confianza bastante elevado, el terrícola se atreve a preguntar al otro:
-¿Y como es que hacen el amor en Marte?
-Es así –responde el ET y alarga desmesuradamente su brazo sobre la mesa para tocar el hombro del terrícola, bzzzzz…
Se vuelve y ve a otro hombre, que no sabe de dónde salió, parado impasible como a cinco metros de distancia. “No puede haber sido él –se dice– Está muy lejos. Debe ser mi imaginación”.Unos minutos más tarde el noctámbulo vuelve a sentir el roce en su hombro y escucha bzzzzzz… Detrás, el otro tipo permanece impertérrito.Un tiempo después, la misma historia. Decidido, el noctívago lo interpela:
-Oiga ¿Qué le pasa?
-Shhhh, no haga escándalo, que me pueden descubrir. Yo soy marciano. Me envían a La Tierra a realizar un estudio previo para saber si podemos establecer relaciones diplomáticas con los humanos.
Después de una corta conversación el terrícola se convence de que su interlocutor es realmente un extraterrestre y decide llevarlo a su casa. Ya en el hogar, le brinda merienda y lecho para que descanse.
Al siguiente día, durante el desayuno, intercambian animadamente experiencias de sus respectivos planetas. Cuando ya se ha establecido un nivel de confianza bastante elevado, el terrícola se atreve a preguntar al otro:
-¿Y como es que hacen el amor en Marte?
-Es así –responde el ET y alarga desmesuradamente su brazo sobre la mesa para tocar el hombro del terrícola, bzzzzz…
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