Lázaro Leonardo Rodríguez Campos es un joven que a la sazón tiene solo 22 años de edad. A pesar de ello ya tienen un consistente trabajo cultural en su comunidad de residencia, el habanero municipio La Lisa.
Me cuenta que desde niño sintió inquietudes hacia las artes, por ello, al concluir la escuela secundaria optó por la carrera de Instructor de Arte, cuyos estudios le ocuparon cuatro años.
Una vez graduado lo ubicaron a trabajar, como miembro de la Brigada de Instructores de Arte José Martí, en la escuela primaria Eterno Baraguá, de la barriada de San Agustín, perteneciente a La Lisa.
Su seriedad, su inquietud y sus deseos de hacer, le llevaron a ocupar cargos de dirección en esa brigada y hoy está espera de partir a brindar sus servicios solidarios en la hermana República Bolivariana de Venezuela.
Pero, ¿Por qué es merecedor este joven de aparecer en un artículo en Internet? La respuesta puede parecer sencilla, pero alude a muchas horas de trabajo entusiasta y meticuloso, dedicado a elevar el acervo cultural, no solo de sus alumnos, sino de toda su comunidad.
Lázaro ha creado todo un movimiento artístico que involucra a los niños de la escuela donde labora, a otros maestros jóvenes y no tan jóvenes, cuyas especialidades parecen no tener nada que ver con el arte, a los familiares de los alumnos y también a otras personas de la localidad.
Así han surgido varios talleres de creación artística, eventos, concursos y sobre todo gran cantidad de acciones comunitarias en todos los rincones liseños, incluso los que frisan en el ambiente rural.
A partir de ese trabajo surgen: el grupo de danza Puro Género, el Coro SOL-LA-SI, el grupo musical Los Eternos, el montaje de obras teatrales infantiles y las exposiciones de artes plásticas realizadas por los niños.
Su labor los ha llevado a participar en festivales de aficionados, en actividades de instituciones culturales como el Memorial José Martí e incluso les solicitan para actuar en centros recreativos de la localidad, ocasiones en que él participa también como un actor más.
El joven instructor de arte reconoce que en su éxito influye mucho el apoyo de los organismos municipales, como el gobierno y las direcciones de educación y de cultura, pero le concede importancia especial a la ayuda y la participación de los familiares y vecinos.
Acerca de sus proyecciones futuras confiere prioridad a su trabajo actual, al reconocer su importancia para lograr la masificación del arte. También a su superación personal, pues se encuentra en estos momentos estudiando una carrera universitaria. Pero confiesa que aspira a ser, en el futuro, un músico destacado sin abandonar la docencia.
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