El tango vive en La Habana desde hace muchos años y es uno
de los géneros musicales que no ha perdido su vigencia frente a los embates de
lo nuevos ritmos puestos en boga por la maquinaria comercial.
La historia de la música rioplatense en la mayor de Las
Antillas data de los primeros años del siglo XX, pero su auge comenzó en el año
1940 con una impresionante relación de artistas argentinos que visitaban regularmente
la isla, contribuyendo a la popularidad del género en épocas siguientes.
Bajo la influencia de los tangos, valses y milongas, llegados
de allende los mares, surgieron en Cuba innumerables figuras de excelente
calidad, entre las que no pueden dejar de mencionarse a Berta Pernas, Zenia Marabal
y Emilio Ramil, este último conocido como El Gardel cubano, quien no solo poseía
una voz que asemejaba la del Morocho del Abasto, sino que además se le parecía
físicamente.
Ese émulo de Gardel traspuso con su arte las fronteras
antillanas al actuar en radioemisoras de Montevideo y Buenos Aires, las dos
plazas más fuertes del tango. Ramil fue, además, presidente del Tango Club de La Habana en 1953.
Ni el maestro Adolfo Guzmán, extraordinario pianista y
compositor, pudo sustraerse al embrujo de la música del Río La Plata; con su orquesta respaldó
a muchas figuras que cultivaron esos géneros, y él mismo compuso dos tangos:
Lamento árabe (1941) y Caravana (1943).
Surgieron en Cuba varias instituciones de muy diversa índole,
pero cuyos perfiles se entrelazan con esa elegante música. Entre ellas: el
Tango Club de Cuba, el cabaret La
Pampa, el Rincón del Tango del Hotel Bruzón, la Casa del Tango Edmundo
Daubar; todas estas en La
Habana y en la provincia de Las Villas el cine Gardel, además
de muchas peñas y otras formas de reverenciar al sensual ritmo.
Memorable es también la participación de los medios de
difusión, como la radio Cadena Roja, escenario del debut de Emilio Ramil, ya
mencionado. Y qué decir de la emisora la COCO, que aún mantiene en el aire el gustado
programa Oh, Gardel, tango, al que
la mayoría, por una simple contracción lingüística conoce como Hogar del Tango.
Este espacio surgió en 1963 con el nombre de Melodías del
Plata, popularizado por Antonio García, el mayor divulgador que ha tenido la música
argentina en Cuba. En 1980 pasó a dirigirlo por la también locutora y
periodista estelar María Luisa Mac Beath, quien a solicitud del director de la
COCO, Guido García Inclán, cambió el nombre del programa por actual.
Por su apasionada labor de difusión de la música gaucha en
Cuba, María Luisa recibió, en 1998, el Gardel de Oro, a saber el más alto
galardón a que puede aspirar un artista relacionado con ese género melódico.
María Luisa, ya jubilada, ostenta otras numerosas
distinciones por su trabajo radial, entre ellas la Giraldilla, que otorga el
gobierno de La Habana, y el Premio Nacional de la Radio Cubana.
Al jubilarse, el programa quedó en manos de Miriam Vega,
quien no solo lo dirigió, sino que lo produjo y lo realizó y desde hace siete
años esa labor la desempeña Miguel Arteaga, otro de los puntales de esta
emisora y a quien se le debe gran parte de la información que aparece en este
artículo.
Otra importante institución es la Casa del Tango, inaugurada
hace más de medio siglo, y que mantiene sus puertas abiertas a los curiosos que
desean adentrarse en el mundo tanguero a través de los miles de piezas que
atesora y también a quienes gustan de mover los pies al ritmo del cuatro por
cuatro. Esta también organiza eventos que tienen tanto de popular como el mismo
género nacido en los arrabales bonaerenses.
"Aquí luchamos por que se mantenga viva la pasión por
este género en Cuba”, dice Rubén Díaz Daubar, actual director de la
institución, nieto de su fundador y profesor de danza, quien enfatiza que “Más
de mil jóvenes habaneros bailan tango", algo, sin dudas, alentador.
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