Es
sabido: hay personas que pasan por la vida dejando tras de sí una traza
luminosa imposible de apagar. Otros –por desgracia– son como las estrellas
fugaces, que brillan solo por unos segundos y otros, como los cometas, se
acompañan de una inmensa estela que con el tiempo se va desvaneciendo.
No
siempre la trascendencia está en consonancia con los méritos; hay quienes
merecen ser recordados con más frecuencia e intensidad y sin embargo los
olvidamos.
Esta
crónica de lunes se escribe precisamente para que Antonio Pera no escape a la
memoria colectiva, mucho más en este momento en que todavía resuenan las
cornetas chinas por el aniversario 500 de su natal Santiago de Cuba.
Efectivamente,
en la villa indómita nació Antonio Víctor Pera Quintana, el 22 de noviembre de
1923 y, como para hacerle una broma de humor negro al destino, falleció el 25
de julio, precisamente el día en que Santiago cumple años de fundada.
Pero
¿por qué se merece este hombre una crónica? Los cubanos que acumulamos años lo
recordamos bien de haberlo visto en la pantalla del televisor.
Comenzó
su vida profesional en 1939 en una emisora santiaguera que salía al aire en los
mil 400 kilohertzios bajo el indicativo radial de CMKC. Era una época difícil y
una planta pequeña, por lo que Antonio debía desdoblarse en locutor, operador
del transmisor y controlador de la cabina. “Cuando terminaba la transmisión,
tenía que cerrar la puerta y llevarle la llave al dueño que vivía al lado;
cuando sonaba el teléfono ponía un disco suficientemente largo para atender las
llamadas”, relataba.
También
trabajó en la Cadena
Oriental de Radio, que se inició teniendo como planta matriz
a la CMKW y que
luego instaló estaciones repetidoras en diferentes lugares del país para terminar
trasladándose definitivamente a La
Habana. “Al principio fui comentarista deportivo en el noticiero
Onda Oriental, no entendía el deporte
pero con los recortes de periódico hacia los comentarios como si fuera un
experto”, comentó.
En1948,
la Cadena Oriental
de Radio decidió fundar en Santiago de Cuba una pequeña emisora con
informaciones y la hora, minuto a minuto, como la actual Radio Reloj, y Pera
fue nombrado su director. Allí trabajó durante dos años.
En
1954 vino con el elenco de Cadena Oriental de Radio, a la emisora matriz en la
capital, donde simultaneó su labor en el Circuito Nacional Cubano (hoy Radio
Rebelde) como narrador de radionovelas, entre ellas: La virgen de las lomas, Taguarí,
Los tres Villalobos y Leonardo Moncada, esta última escrita
por Enrique Nuñez Rodríguez.
Compartió
labores como actor, escritor y narrador con grandes artistas de la radio y la
televisión cubanas, como Juan Carlos Romero, Yolanda Pujols, Salvador Wood y
Rafael Linares en el popular espacio de Radio Progreso Alegrías de sobremesa.
A la
televisión se incorporó en 1958. Fue fundador del Canal 12, Telecolor, donde
participó en noticiarios, y al triunfo de la Revolución trabajó con
Eddy Martin como locutor del Frente Independiente de Emisoras Libres (Fiel) que
tenía su planta matriz en el Canal 2, Telemundo. También fue fundador del
Noticiero Nacional de Televisión, junto con Manolo Ortega, y animador de
programas musicales.
Además
de su trabajo ante las cámaras y los micrófonos se desempeñó como docente,
traspasándoles sus conocimientos y maestría a las nuevas generaciones de
locutores, narradores y conductores.
Aunque
jubilado, Antonio Pera se mantuvo activo hasta que la enfermedad se lo impidió
y lo llevó al descanso definitivo el 25 de julio de 2004.
Fuentes:
AntonioPera, un maestro del micrófono (Portal Cubarte)
Ecured,
enciclopedia colaborativa cubana online
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