Tengo algunos vecinos que son de apaga y vamos
Vean algunas anécdotas.
El dormilón
Todas las mañanas, a eso de las 4:00 se paraba un auto en los bajos de mi edificio. Venían a buscar a un vecino para llevarlo al trabajo. El conductor comenzaba a sonar la bocina y a gritar:
-¡Antonio!
Uno de esos días se asomó otro vecino a su balcón. Estaba envuelto en una sábana y con cara de sueño y de pocos amigos. Este empezó también a llamar a gritos al tal Antonio hasta que se hizo visible y entonces le dijo:
-¡Compadre cómprese un despertador!
Otro dormilón
Hay uno, que no sé bien donde vive, pero cada mañana escucho sonar su despertador. Tiene uno de esos radio-relojes digitales de mesa que cuando suenan uno aprieta una tecla y los silencia momentáneamente, pero al cabo de un minuto vuelven a sonar hasta que se cambia de posición el conmutador.
Este vecino perezoso apaga el reloj y tira otro pestañazo. El reloj vuelve a sonar y lo vuelve a silenciar una y otra vez durante una media hora. Esto es día por día entre las seis y las seis y media de la mañana.
Vean algunas anécdotas.
El dormilón
Todas las mañanas, a eso de las 4:00 se paraba un auto en los bajos de mi edificio. Venían a buscar a un vecino para llevarlo al trabajo. El conductor comenzaba a sonar la bocina y a gritar:
-¡Antonio!
Uno de esos días se asomó otro vecino a su balcón. Estaba envuelto en una sábana y con cara de sueño y de pocos amigos. Este empezó también a llamar a gritos al tal Antonio hasta que se hizo visible y entonces le dijo:
-¡Compadre cómprese un despertador!
Otro dormilón
Hay uno, que no sé bien donde vive, pero cada mañana escucho sonar su despertador. Tiene uno de esos radio-relojes digitales de mesa que cuando suenan uno aprieta una tecla y los silencia momentáneamente, pero al cabo de un minuto vuelven a sonar hasta que se cambia de posición el conmutador.
Este vecino perezoso apaga el reloj y tira otro pestañazo. El reloj vuelve a sonar y lo vuelve a silenciar una y otra vez durante una media hora. Esto es día por día entre las seis y las seis y media de la mañana.
2 comentarios:
No sé cómo descubrí su blog, pero el caso es que lo vengo siguiendo ya unas semanas y hoy me ha hecho sonreir con sus cosas de vecinos.
Gracias
Buenos cuentos!
Yo tambien me acuerdo de algunos vecinos dormilones.
Saludos,
Al Godar
Publicar un comentario